He tenido una compañera para recorridos de museos, me ha quitado de mucha apatía, procurando que tenga comentarios y retroalimentación, me impulsa a soñar despierto sobre que haré y como.
He aprendido tres cosas con mi compañera:
- Hay museos que dejan de ser sorprendentes al paso de los años.
- Debo de tener un espacio siempre para la cultura en mi hogar.
- El mínimo de amor es la tolerancia.
Lo mejor de todo es escuchar de ella su opinión.
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